El grooming o ciberacoso es una amenaza creciente para niñas, niños y adolescentes que carecen de una comunicación abierta y cercana con las personas que los cuidan, advirtió María Santos Becerril Pérez, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM. Indicó que este fenómeno, de connotación sexual, implica que adultos malintencionados utilicen perfiles falsos en redes sociales o videojuegos para engañar y acercarse a menores con fines de explotación.
Vulnerabilidad y falta de supervisión
La psicóloga explicó que muchos menores se vuelven vulnerables al grooming debido a la falta de límites y supervisión en el uso de tecnologías. El uso excesivo de internet y la ausencia de horarios establecidos contribuyen a crear un entorno riesgoso. A menudo, los niños son criados bajo prácticas permisivas o negligentes, lo que aumenta el riesgo de que caigan en manos de agresores cibernéticos.
En México, el 50% de los niños de 5 a 11 años ya son usuarios de internet, lo que aumenta la preocupación sobre los riesgos que enfrentan sin el acompañamiento adecuado. Para los adolescentes, entre el 80% y 94% de los jóvenes de 12 a 17 años tienen acceso a internet y computadoras, pero estudios revelan que un 25% de ellos han experimentado ciberacoso.
La importancia de la vigilancia parental
María Santos destacó que el 24% de los padres solo aplican control parental, aunque en muchos casos no es suficiente. Según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), casi la mitad de los adolescentes pasa más de cinco horas al día en la red, lo que se convierte en un espacio donde pueden experimentar tanto emociones positivas como negativos, como inseguridad y angustia.
Además, los adolescentes se sienten motivados a estar en línea por diversas razones, como la búsqueda de popularidad, aceptación y compañía. Sin embargo, también se exponen a mensajes de contenido erótico y sexual, y algunos son presionados para enviar fotos o videos personales.
Etapas del grooming: cómo reconocerlo
El grooming se desarrolla en varias etapas. Los agresores comienzan creando una relación cercana con la víctima, logrando que se convierta en “mejor amigo” o incluso en pareja virtual. Con el tiempo, solicitan fotos de contenido sexual y empiezan el acoso, utilizando la manipulación emocional para presionar a la víctima.
La psicóloga alertó que una vez que el agresor toma control sobre la víctima, la aleja de su círculo de apoyo y aumenta la vulnerabilidad de la víctima, que puede llegar a sentirse aislada e insegura. En algunos casos extremos, el grooming puede derivar en secuestros o situaciones de alto riesgo para el menor.
¿Cómo detectar si tu hijo es víctima de grooming?
Es fundamental que los adultos estén atentos a las señales de alerta en los menores. Algunos signos incluyen pérdida de interés en actividades que antes les gustaban, comportamientos de aislamiento, vergüenza y culpa por tomar fotos inapropiadas o preocupación por lo que pueda sucederle a su familia. Además, pueden presentar síntomas físicos como dolores de cabeza, insomnio o fatiga.
Es crucial que los adultos cercanos a los niños y adolescentes mantengan una comunicación constante y abierta, para poder detectar y prevenir el grooming de manera efectiva.
