La noche del 8 de enero, una ballena jorobada de unos nueve metros encalló en las playas de la Zona Dorada de Mazatlán, Sinaloa, por lo que se activó el protocolo cuando se localiza el cuerpo de un animal de ese tipo y garantizar la higiene, seguridad y cuidado de las playas.
Decenas de personas se acercaron para ver el enorme cuerpo, ya que quedó varado en una de las zonas más turísticas, sobre la vialidad varios automóviles se detuvieron y sus ocupantes descendieron para ver la escena que conmocionó a varios.
El gobierno municipal detalló que las labores para enterrar el enorme cuerpo estuvieron a cargo de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Protección Civil, el Escuadrón de Salvamento Acuático, Operadora y Administradora de Playas, Policía Municipal, Guardia Nacional y especialistas del Museo Nacional de la Ballena (MUNBA).
La ballena estaba enredada en una red de pesca, por lo que se presume que no pudo moverse para continuar con su nado, aunque algunas personas intentaron liberarla, el animal de unas 15 toneladas ya había muerto.
“Se encontró al mamífero enmallado en una red chinchorro, probablemente utilizada para la pesca de pez sierra. Sin embargo, no se pudo determinar que la causa de muerte sea esta red, pues no tiene hendiduras en las aletas, aunque su piel sí estaba dañada por la fricción de la red”, detalló la Profepa.
Dicha procuraduría explicó que el protocolo de Atención para Varamiento de Mamíferos Marinos establece bases y procedimientos para la atención de encallamientos de mamíferos de ese tipo.
En las labores deben involucrarse autoridades de los gobiernos federal, estatal y municipal, así como grupos voluntarios de apoyo.
Apenas en el segundo día del año se avisó sobre un ballenato sin vida que flotaba en la bahía, lo que generó preocupación sobre la presencia de redes de pesca que afectan a la fauna marina.