El rescate de la Alameda Mariano Escobedo, la emblemática plaza, símbolo del Centro de Monterrey, ya comenzó de manera formal con la remoción de 16 árboles secos en uno de los cuadrantes del parque.
En los últimos meses la Alameda, ubicada en la manzana de la Avenida Pino Suárez y las calles Washington, Villagrán y Aramberri, fue objeto de controversia por haberse convertido en una zona casi desértica con enormes árboles secos, comercio ambulante que, al retirarse, deja montones de basura y por las noches es un “dormitorio” para migrantes.
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La Secretaría de Desarrollo Urbano Sostenible (Seduso) y el Centro Cívitas son los encargados del proyecto.
Brenda Sánchez Castro, titular de la dependencia municipal, fue la encargada de arrancar las labores en el lado norte, que es el más afectado por la sequía.
“Vamos a iniciar con la remoción del arbolado que está decadente, en una etapa fitosanitaria ya en mal estado, decrépitos, mal formados que pueden representar algún riesgo”, expresó la funcionaria.
Fue el 6 de agosto cuando se informó sobre las acciones de rescate de la plaza a través de un Plan de Acción para recuperar esta tradicional y centenaria plaza y que vuelvan los días en los que era común ver a las familias regias disfrutar de la sombra, pasar una tarde en el fresco y pasear mientras los niños disfrutaban de los juegos, especialmente del resbaladero gigante, muy popular en los años 70.
“¿Por qué hacerlo ahorita? Bueno, un tema era la canícula, la otra (razón) el estudio; la otra las precauciones, sin embargo, además de un tema ambiental, también era importante analizar el riesgo”, explicó.
En el futuro inmediato se retirarán 46 árboles que serán sustituidos por especies endémicas que tienen mayor posibilidad de sobrevivir a las condiciones climáticas de Monterrey, añadió.
Sánchez indicó que la reforestación de la Alameda se basa en estudios realizados por especialistas, con asesoría de la Asociación Civil Civitas y el Fondo Ambiental Metropolitano (FAM) que recibió un análisis técnico por parte de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UANL.
Sánchez aclaró que se buscará proteger los árboles que contengan nidos para la conservación de las especies de aves que habitan en la Alameda.
“Mucho del fracaso de los árboles plantados es una especie equivocada o un suelo empobrecido, por eso aquí empezamos con el análisis de suelo, queremos que sea un modelo para la ciudad”, advirtió Alfonso Barragán Treviño, de Civitas.
“Nuestra tarea”, añadió, “es concientizar a los vecinos, a la comunidad en general a que se sume, a buscar nuevas formas de colaboración con los municipios y con las autoridades para que sea un modelo exitoso”.
La remoción de árboles y la plantación de nuevas especies corre a cargo de la Secretaría de Servicios Públicos municipal.
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Ya se cuenta con los más de 40 que se sembrarán próximamente, debido a que proceden de las llamadas “compensaciones ambientales” que realizan personas físicas o morales cuando solicitan permisos de construcción a la Seduso.
