Este año, la lucha por la recuperación económica tras la crisis derivada de la pandemia de COVID-19 será nuevamente una prioridad. Es posible que la ola provocada por la variante ómicron ponga a prueba otra vez los servicios públicos de salud. Sin embargo, tenemos una armadura diferente de la de 2021: la vacunación.
América del Sur se ha posicionado en el primer lugar global en porcentaje de población total vacunada. Por ejemplo, en Chile, Ecuador, Uruguay y Brasil, más del 80 por ciento de habitantes tiene al menos una dosis del biológico. En nuestro país se reporta que un 90 por ciento de las personas mayores de edad ya cuentan con el esquema completo.
La expectativa es que este año la economía regional mejore. Si se considera la producción nacional, los países con mejores perspectivas para 2022 son Panamá, República Dominicana, El Salvador y Perú, según las previsiones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). En general, se espera un crecimiento del 2.9 por ciento, después de un aumento del 5.9 por ciento en 2021.
En la escena política, se llevarán a cabo procesos electorales en Costa Rica, Colombia y Brasil. Costa Rica tiene previstos sus comicios en febrero; las presidenciales colombianas serán en mayo y junio (en caso de segunda vuelta), y Brasil las celebrará en octubre. Por otra parte, los nuevos gobiernos —como Perú y Chile— se enfrentarán a los retos de cumplir las promesas de cambio de modelo económico y garantizar la estabilidad social.
En Costa Rica, las elecciones están previstas para el 6 de febrero, con una posible segunda vuelta el 3 de abril. Hay 25 candidatos registrados, entre ellos, el expresidente de centroderecha José María Figueres, la exvicepresidenta conservadora Lineth Saborío y el líder evangélico Fabricio Alvarado, que en 2018 perdió ante el actual mandatario Carlos Alvarado. Los sondeos registran cierta ventaja de los candidatos Figueres y Saborío, aunque hay más de un 40 por ciento de indecisión, lo que hace muy difícil prever el resultado.
En Colombia, la primera vuelta de las elecciones para presidente será el 29 de mayo. Hay más de veinte precandidatos. En la izquierda del Pacto Histórico es muy probable que el senador Gustavo Petro predomine; en realidad es el único candidato casi seguro a la presidencia. En el centro destaca el exalcalde y exgobernador Sergio Fajardo, que no ha logrado plantear una narrativa de cambio ni ha podido formar una coalición. En la derecha es muy incierto quién se postulará. Al momento, el favorito en las encuestas es el izquierdista Petro. Quien obtenga el triunfo, tendrá el reto de mantener la paz social en todos los rincones del país.
En Brasil, todo indica que en octubre el presidente Jair Bolsonaro se enfrentará al exmandatario de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva, ya absuelto de las condenas por supuesta corrupción a las que estuvo sometido. Encuestas recientes muestran que Lula está adelante con el 47 por ciento de intención de voto, lo que le permitiría ganar en primera vuelta. Bolsonaro aparece en un segundo lugar con el 21 por ciento. Por su parte, el exjuez y exministro Sergio Moro no alcanza los 10 puntos. El gran tema de campaña será la economía tras un bienio de recesión y el impacto de la pandemia.
Gabriel Boric asumirá la presidencia de Chile en marzo, luego de vencer al ultraderechista José Antonio Kast. Tuvo apoyo contundente entre barrios pobres, mujeres y menores de 30 años. Será el mandatario más joven de la historia y deberá dialogar con fuerzas opositoras para implementar los cambios planeados. Ha generado altas expectativas por sus propuestas para condonar deudas universitarias y terminar con los sistemas de pensiones. También enfrenta los desafíos de la conclusión exitosa de la convención constitucional y de atenuar la polarización del país.
En julio de 2021, asumió la presidencia de Perú Pedro Castillo, también hombre de izquierda. Se enfrenta al reto de asegurar su permanencia en el poder. Por las características del sistema político, el Congreso puede solicitar la vacancia por incapacidad del presidente, que se ha convertido en una práctica recurrente del Legislativo; ya hubo un primer intento con Castillo. La prioridad será emprender el cambio social y hacer frente a las resistencias y a un Congreso dividido.
Una constante es la necesidad de buscar el diálogo para establecer acuerdos y avanzar en los temas de cambios sociales y económicos. También es preciso negociar con las fuerzas legislativas para ir avanzando en nuevos marcos institucionales. En los procesos electorales que vienen, los candidatos buscan atraer al mayor número de simpatizantes —dentro y fuera de sus bases—, para establecer coaliciones amplias.
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