En las últimas semanas, se opina mucho respecto del proceso de revocación de mandato del Presidente de la República, que se llevará a cabo el próximo 10 de abril del presente año.
Más allá de posiciones partidistas, ideológicas y políticas que, desde luego, juegan un papel importante en la sociedad; la revocación de mandato es un mecanismo de participación ciudadana, que se incorporó a nivel constitucional para que todos tomemos parte de los asuntos relevantes de nuestro país; además, de acuerdo con lo previsto en el artículo 35 de nuestra Carta Magna es un derecho fundamental de las y los ciudadanos mexicanos y, de conformidad con el numeral 36, es una obligación, esto es, votar en dichos procesos, con la finalidad de revocar a un gobernante (conclusión anticipada), que no esté haciendo las cosas bien o al que se le haya perdido la confianza, de este tamaño es la importancia de que todos participemos en ella.
Asimismo, nuestro ordenamiento fundamental, prevé que el instituto Nacional Electoral (INE), a petición de la ciudadanía, es el órgano autónomo encargado de llevar a cabo la convocatoria correspondiente, así como la organización, desarrollo, cómputo de la votación y la emisión de los resultados.
En este sentido, quiero dejar claro que este ejercicio de participación ciudadana y que, como ya se expuso, es un derecho de las y los mexicanos, es el primero en su tipo que se llevará a cabo en nuestro país y, sin duda, dejará muchas experiencias para todos: gobierno y ciudadanía; en principio, no hay ningún riesgo para el INE en este proceso, pues su éxito, en todo caso, no depende de esta institución, sino de la participación ciudadana, basta con que el INE ejerza estrictamente sus facultades y lleve a cabo bien sus funciones.