Ya estamos en el útimo mes del año y con esto podemos utilizar la intención hacia un gran cierre de ciclo. Cada año sucede lo mismo, sin embargo, en cada año existe una vibración numérica distinta, además de los aprendizajes que cada ciclo nos aporta como individuos y como colectivo.
Podemos apovechar los días del mes de diciembre para recabar las lecciones que nos deja este año, literalmente tomar papel y pluma, hacer una lista de lo aprendido en este tiempo, junto con esto, una lista de lo que ya no nos funciona, y de lo que queremos dejar atrás.
Cuando se hace consciente aquello que nos atora, se da un gran paso de liberación. También cuando enviamos la señal de apertura y de que estamos dispuestos a aprender de las lecciones.
No somos la mente, somos la conciencia que observa incluso a los pensamientos, así que cuando observamos y somos capaces de comprender, desatoramos muchos asuntos que tenemos pendientes para darles salida.
Reconozca todo lo que ha tenido que enfrentar este año que se está cerrando, y abrace las emociones que han tocado a su puerta, no las rechace, por el contrario, agradézcales por lo aprendido y dispóngase a que lo que siga será mucho mejor.
La sabidiría espiritual de todas las tradiciones hace alusión a que el camino del pilar medio o mantener la mente neutral, es la vía más rápida para que la conciencia pueda manifestarse con mayor plenitud. En la conciencia descansa el campo de potencialidad pura y con este nuestras potencialidades, puesto que ésta está conectada con la fuente de todo lo que Es.
Por esto, es sumamente empoderador y nutridor poder darle paso y apertura al camino de la conciencia.
Pregunte a su corazón: ¿cuáles de mis creencias están obstaculizando a mi conciencia? Y escriba lo que surja. Se sorprenderá de la sabiduría que tiene usted como Ser. Recuerde que muchas creencias nos son útiles, pero muchas, muchísimas, también nos limitan de maneras negativas.
Permítase guiar por el poder de su interior, y deje que aflore todo aquello que quiera salir de su sistema. Si tiene que llorar, llore, desahóguese, y permita esta limpieza que es entre usted y usted, únicamente. Incluso, puede hacer una lista específicamente de hábitos que sienta que ya no le funcionan para su salud, para sus finanzas, para sus emociones.
Después de hacer estas listas queme el papel y deposite las cenizas en un lugar natural: tierra, arena, o agua, y, lo más importante: déjelas partir. Con ello, puede también hacer limpieza en su casa: sacar y regalar ropa, muebles, desechar aparatos descompuestos, platos rotos, y objetos que signifiquen relaciones pasadas, o formas viejas de relacionarse que ya no necesite en su vida.
Confíe en un poder superior que abarca a todo lo que existe, y ponga en sus manos aquello que sienta que no puede manejar, que ha salido de su control, y que no alcanza a comprender, para que todo esto tenga oportunidad de resolversde desde otro nivel.
En la última luna menguante del año a la que nos acercamos en esta próxima semana, haga espacio para lo nuevo, pero siempre con la FE de que mejores cosas deben llegar.