Opinión

Cuba y el turismo

En Cuba, particularmente en ciudades como La Habana, Santiago, Cienfuegos, Santa Clara, entre otras, el tiempo parece haberse detenido en aquel 1959

La situación de Cuba es francamente preocupante, la crisis económica, la existencia de tipos de cambio paralelos y la falta de apoyos gubernamentales han llevado a la población a una situación que no se observaba desde el período especial en los años 90.

Particularmente visité Cayo Santa Maria, hace unos 7 años, la periodista Elsie Méndez que representaba a la cadena española H10 en México, me invitó a conocer el nuevo Resort Ocean Casa del Mar, ahí en el corazón del cayo. Me encontré con un hotel moderno, recién construido, en una playa paradisiaca, con un nivel de atención y una oferta gastronómica como pocas en el Caribe.

Años más tarde regresé, el hotel ahora es de la cadena ROC y cayó de forma estrepitosa: falta de mantenimiento, ocupación al 8 por ciento, gastronomía deplorable, colaboradores del hotel que sustraen la comida y como consecuencia la racionan a los huéspedes; lo único que se conservó tal cual es la playa, sin lugar a dudas una de las más bellas del mundo.

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Conversando con el personal de ese y otros hoteles alrededor, el fenómeno es el mismo: desde la pandemia cerraron los hoteles y no se les invirtió un peso cubano de mantenimiento, no hay suficiente promoción —contrario a lo que se presumió desde FIT-Cuba hace unos días en La Habana— y por lo tanto, las ocupaciones tienen récord en cuanto a números bajos.

En Cienfuegos me encontré con la misma situación, el legendario Hotel Unión, una joya de la arquitectura en la ciudad es solo uno de los tres hoteles que operan en la urbe, los demás han cerrado (como el caso del Jagua) y la oferta está ahora en manos de casas privadas de alquiler, que no tienen apoyo alguno del gobierno y ni siquiera entran en materia de promoción turística por parte del ministerio.

Cuba tiene un reto importante en materia turística, ¿vale la pena visitar la isla aún con las condiciones actuales?, la respuesta es sí. Visitar Cuba además de hacer turismo, es un ejercicio sociológico para cualquier persona, es un espejo de como la realidad rebasó a la ficción de un sistema que pretendió traer igualdad pero que privilegió —y sigue privilegiando— a unos cuantos.

En Cuba, particularmente en ciudades como La Habana, Santiago, Cienfuegos, Santa Clara, entre otras, el tiempo parece haberse detenido en aquel 1959; curiosamente ahora la oferta de turismo cultural es todo aquello que se edificó en la colonia y en los tiempos del capitalismo rapaz previos a la llegada de Fidel Castro.


¿Cuba necesitaba una revolución?, sí, ¿Cuba era un lugar de pobreza extrema y unos pocos ricos antes de 1959?, sí, ¿Cuba era el traspatio de los Estados Unidos y sus criminales de la mafia?, sí, ¿trajo beneficios en un principio la revolución al pueblo cubano?, sí, ¿la revolución con el paso del tiempo transformó la democracia en dictadura?, sí, ¿el estado actúa como un ente autoritario con su pueblo?, sí. Aún así, ¿vale la pena descubrir y visitar Cuba?, definitivamente sí.

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