Sin duda en la elección del pasado domingo el gran triunfador es el Instituto Nacional Electoral (INE).
Es el gran ganador porque no solo comprobó que sí funciona, ya que en ambos procesos electores brindó certeza a los participantes, sino que llevó a cabo una extraordinaria organización en coordinación con los instituciones estatales.
Este hecho echa para abajo la pretensión de modificar la estructura del instituto como lo buscaba el régimen en su llamado Plan B, tan lo hace, que a días de la elección no se han dado críticas al árbitro electoral desde el púlpito mañanero, por el contrario, han confiado en los resultados.
Por eso me atrevo a decir que defender al INE vale mucho la pena, porque no solo da certeza electoral, sino que garantiza la democracia en nuestro país y vigila nuestros votos.
Más nos valdría seguir apostando y creyendo en nuestras instituciones y en su autonomía, que en aquellos que se la han pasado desprestigiando, pero que cuando los resultados electorales les favorecen, entonces le dan su voto de fe al INE.
Hoy más que nunca me congratulo de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), haya declarado la inconstitucionalidad de la primera parte del Plan B.
Los resultados del proceso electoral del domingo reafirman que la resolución de la Suprema Corte fue la correcta, aunque los ataques a las y los ministros no paren.
Sin duda alguna, las manifestaciones a favor del INE en las diversas plazas del país, fueron muy favorables, porque gracias a ellas el despropósito de destruir al instituto se pudo frenar.
Confiamos pues en que los que ahora se congratulan de los resultados electorales del pasado domingo, hayan dado por terminada su campaña de desprestigio contra el INE, y reconozcan su labor, y acepten que nuestro árbitro electoral es de los mejores del mundo.
De tal suerte que seguiremos saliendo a las calles a defender nuestro voto, a decir no a cualquier reforma que pretenda destruir nuestra democracia, y por supuesto, seguiremos confiando en la Corte y en el Instituto Nacional Electoral.
El INE es y debe seguir siendo un valuarte de nuestra democracia, defender al INE es defender a cada una de las familias del país, la ciudadanía y nuestros derechos.
Hoy reitero con convicción y absoluta fortaleza mi defensa y respaldo al Instituto Nacional Electoral, ni un paso atrás en la democracia de México, ni un paso atrás en el ejercicio de nuestras libertades, ni un paso atrás en la práctica de la ciudadanía.