Opinión

No hay “malas” decisiones

¿Cuántas veces usted se castiga o se regaña una y otra vez por sus decisiones calificadas como malas o erróneas?

¿Cuántas veces usted se castiga o se regaña una y otra vez por sus decisiones calificadas como malas o erróneas? Le tengo una noticia, este autocastigo no hará más que lastimarle más y hará que se el logro de sus metas se posponga puesto que, además, no hay tal cosa como una mala decisión.

Le invito a verlo desde otra perspectiva: cuando tomamos una decisión sencillamente estamos eligiendo entre toda la vastísima oferta de posibilidades que tenemos enfrente. Incluso hasta en eso, el Universo es expansivamente abundante. Así que, si elegimos esto o lo otro, simplemente viviremos las consecuencias o efectos de lo que hayamos elegido.

¿Es eso incorrecto? De ninguna manera. A eso se refiere el sabio refrán de “todos en el pecado cargamos la penitencia”, puesto que somos enteramente dueños de lo que elegimos en la vida a cada instante y frente a decisiones más grandes. No hay escape de la ley de la causa y el efecto que, afortunadamente, nos va indicando qué resultado creamos con lo que vamos eligiendo.

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Es como tomar la decisión de meter la mano en el agua caliente. No hay nada malo con eso, únicamente es muy probable que la siguiente vez hagamos una elección distinta o bien, que metamos la mano sabiendo lo que ocurrirá, que es una decisión asumiendo las consecuencias, lo cual ¿es correcto o incorrecto? Ninguna de las dos, sencillamente es una elección con sus resultados, ¿lo alcanza a ver? Esto quiere decir que hacerse reprimendas por lo elegido o creer que hicimos mal, no tiene mucho caso.

Por supuesto que si elegimos cometer un acto que daña a los otros cargaremos con las consecuencias y podemos sentir genuino arrepentimiento para modificar nuestra conducta en el futuro, pero eso dista mucho de culparnos para castigarnos y estancarnos ahí por mucho tiempo. La vida misma, el universo, nos mostrarán qué fue lo que generamos con nuestra elección. Somos poderosos creadores de nuestra realidad con aquello que vamos eligiendo. Es muy importante que sepamos y recordemos esto a cada momento, puesto que entre más conscientes somos de nuestro poder creador, más posibilidades alcanzaremos a ver en el escenario que se nos abre a cada paso.

Ojo, no es que controlemos a los demás o al exterior, sino que, sabiendo que somos dueños de nuestras elecciones, cambiamos lo que vamos eligiendo para nuestra creación de realidad, ¡lo que sí cambia todo para nosotros! Si se siente abatido, cansado, si piensa que nada sucede diferente para usted, o que no se cumple lo que desea, por favor, despierte su conciencia a esta idea: ¡absolutamente todo lo que le acontece, por medio de sus elecciones, es posible que se convierta en la realidad que más desea!

Comience por probarlo en su día a día por medio de lo que elige pensar al despertarse, lo que elige ver, leer, escuchar, cómo elige reaccionar, responder, a qué pensamiento o idea elige hacerle caso, qué elige hacer con su tiempo, con quién quiere estar y a quién darle espacio, y así, elección tras elección, qué elige hacer con su preciosa vida. Verá que con tan sólo unos días de ser consciente de esto su realidad comenzará a reflejar los efectos en una hermosa metamorfosis. No hay equivocaciones, son sencillamente elecciones.


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