Antes que los españoles llegarán a tierras americanas, los mexicas celebraban, –casi en las mismas fechas en que el viejo mundo conmemoraba la Natividad– el nacimiento de Huitzilopochtli, su principal deidad o conocido como el dios de la guerra o niño Sol, con una similitud muy particular, ya que según cuenta la leyenda el nacimiento de Huitzilopochtli fue parecido a la de Jesús porque fue concebido de forma espiritual.
“Su madre, Coatlicue, diosa de la tierra, hacía penitencia en el cerro de Coatepec cuando quedó embarazada mágicamente por una bola de plumas que cayó sobre ella”.
Según el portal neomexicanismos.com, Huitzilopochtli resurgía en el Solsticio de Invierno, el 21 de diciembre, como Huitzilin, colibrí, y de acuerdo a la cosmovisión azteca esto ocurría en Malinalco, Estado de México.
Tras descender al inframundo nacía un niño precioso, entre el 20 y 23 de diciembre y a partir de ahí comenzaba de nuevo su ascenso.
Por lo tanto, las fiestas de adviento comenzaban desde el 17 de diciembre hasta el 5 de enero las cuales era conocida como el Panquetzaliztli.
Dicha festividad se realizaba en la ciudad de Tenochtitlan, capital del imperio con una ceremonia para rendirle honores. Así todas las casas participaban en esta celebración donde había y se daban como regalos una imagen hecha de tzoalli, un compuesto de amaranto y maíz tostado amasado con miel de maguey.
Al llegar el 24 de diciembre –afirman las crónicas– el sol resurgía después del solsticio de invierno representando para ellos un día de renovación o de cambio, por eso para verlo renacer hacían diversas danzas y rituales.
La celebración maya
En tanto, los mayas por esas fechas también festejaban el “nacimiento del sol” en el Solsticio de Invierno ya que para ellos representaba el principio de la vida. Además, creían en los ciclos cósmicos y en el vínculo que generaban con la naturaleza por eso hacían la fiesta del Chichicastenango, una festividad que comenzaba el 21 de diciembre y terminaba el 23.
Sin embargo cuando arribaron los españoles y vieron dichas similitudes la aprovecharon para introducir sus tradiciones y así evangelizar al pueblo conquistado.
Pero, ¿cuándo se celebró la primera Navidad en México?
Según las crónicas, se llevaron a cabo en 1526 cuando el misionero franciscano, Fray Pedro de Gante le escribió al rey de España, Carlos V para contarle cómo se hacía dicha celebración con los indígenas en México.
Según señala, las costumbres locales se transformaron y los mantos de los indígenas fueron pintados con alegorías navideñas y se enseñaron por primera vez los villancicos que reemplazaron a los cantos indígenas por versos en honor a la paz, a la Navidad y a Dios.
Fue así como comenzó a celebrarse la Navidad ya con ese espíritu religioso y que poco a poco se fue transformando hasta ser lo que es hoy, una fiesta para recordar el nacimiento de Jesús y compartir esas fechas con nuestros seres queridos.