En los últimos días, el concierto de los Alegres del Barranco causó polémica en todo México, la proyección de imágenes de los líderes de cárteles mexicanos en las pantallas durante su show en Jalisco, provocó que se les cancelarán sus permisos para visitar Estados Unidos por parte de la embajada y que también se le cancelara una presentación en el municipio de Pedro Escobedo y se anunciara en el estado de Querétaro no se permitirían presentaciones de artistas que hicieran apología del delito.
Esta controversia llevó a boca de todos el término narcocultura, que se le ha dado a las series, canciones, memes y publicaciones en redes sociales en torno al mundo del narcotráfico, los cuales se han vuelto parte del día a día de millones de personas en México. Para conocer a fondo esta situación, en Publimetro Querétaro entrevistamos a Gerardo Azoño Rodríguez, coordinador de la carrera de Sociología, de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).
El académico explicó que es preocupante la difusión de mensajes que idolatran a los delincuentes mexicanos, pero que las personas que escuchan estos corridos o ven series sobre este tema, tienen una perspectiva crítica sobre esas actividades, es decir, no por estar en contacto con estos productos, automáticamente se llevan a cabo prácticas similares y así lo demostró un experimento realizado por alumnos de la carrera en comunidades de Querétaro y Guanajuato.
Es por ello, que para él, una medida óptima para evitar que estos discursos dañinos puedan ser idolatrados es la construcción de espacios en los que los jóvenes desarrollen una perspectiva crítica de lo que consumen, no medidas de prohibición en las que se cancelen presentaciones.
Explica que medidas como la cancelación de conciertos, no solucionan la problemática. Las personas no suelen ir a un concierto de un artista que no conocen, van a presentaciones de artistas que han escuchado antes, por lo que no se resuelven las causas de estos problemas.
Azoño Rodríguez explicó que como en el pasado se hizo con los videojuegos, cuando estos eran satanizados porque podrían generar afición por las armas y la violencia, se debe utilizar las Ciencias Sociales para demostrar que no hay una relación causal entre el crimen organizado y el consumo de corridos.