Querétaro

La justicia también es asunto de la ciudadanía

Columna Ciudadanos en Acción.

La reforma judicial ha sido aprobada, contra muchas voces que advertimos sus riesgos, la mayoría legislativa decidió avanzar con un modelo que contempla la elección directa de jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial y hoy, más que discutir lo que pudo ser, nos toca hablar de lo que sigue: cómo cuidar a nuestras instituciones desde la trinchera ciudadana.

Desde el Partido Acción Nacional fuimos claros en señalar que esta reforma, lejos de garantizar una mejor justicia, abre la puerta a la politización del Sistema Judicial, porque sostuvimos –y seguimos sosteniendo– que la independencia judicial se construye con preparación, imparcialidad y profesionalismo, no con votos ni campañas; pero una vez que las reglas del juego han cambiado, nuestra responsabilidad como legisladores y como ciudadanos es asegurarnos de que este nuevo modelo no se convierta en una amenaza a la justicia, sino en una oportunidad para exigir más transparencia, más rendición de cuentas y más responsabilidad en la vida pública del país.

En los últimos años, en México hemos dado pasos importantes hacia la consolidación de una democracia más participativa y transparente, sin embargo, aún tenemos grandes retos por delante. Por ejemplo, garantizar que nuestro Sistema Judicial funcione con independencia, eficiencia y legitimidad, y para lograrlo, la participación de una ciudadanía informada en la elección de jueces y magistrados no sólo es deseable, es indispensable.

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Estoy convencido de que no hay democracia verdadera sin un sistema de justicia sólido, ni justicia confiable sin legitimidad. Por eso, incorporar mecanismos que fortalezcan la participación ciudadana en los procesos judiciales no debe verse como moda pasajera, sino como una vía necesaria para fortalecer el Estado de Derecho, combatir la corrupción y cerrar el paso a los intereses particulares. La ciudadanía debe tener un rol activo, no para decidir con base en popularidad, sino para exigir transparencia, evaluar trayectorias y cuidar que quienes aspiren a impartir justicia lo hagan con responsabilidad y vocación.

La justicia no puede quedar a la deriva ni en manos de la popularidad por eso el voto ciudadano debe ser un acto de conciencia, sin improvisación y tenemos que elevar el nivel de la discusión pública, exigirle a los candidatos que hablen de fondo, que presenten sus propuestas, que muestren su experiencia, y al mismo tiempo, debemos cuidar que este proceso no se convierta en una lucha de intereses ni en un espectáculo político porque está claro que México no necesita jueces famosos, lo que realmente necesita son jueces valientes, preparados, honestos y comprometidos con la ley.

La justicia es un bien público que nos pertenece a todos, teniendo este principio como base, la participación ciudadana es ahora más importante que nunca y es que no basta con ir a votar; hay que informarse, investigar quiénes son los candidatos, cuál ha sido su carrera, qué posturas han asumido frente a temas clave como los derechos humanos, la lucha contra la corrupción, la protección de las víctimas o la defensa de la Constitución.

Si bien esta reforma no era lo que proponíamos desde el PAN, hoy, ante este nuevo escenario, tenemos la responsabilidad de vigilar y exigir que la justicia no se convierta en un botín político, sino que siga siendo una garantía para todos. Ahora más que nunca, la defensa de la justicia requiere participación activa, informada y comprometida de las y los ciudadanos.


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