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Conoce la razón por la que José Eduardo Derbez tiene un ataúd en su casa

El conductor de 29 años reveló que le ha dado distintos usos al cajón en el que transportan a los difuntos

José Eduardo Derbez se ha convertido en una de las personalidades más populares de la televisión mexicana, gracias a su participación como actor y moderador.

Fue en una transmisión del programa Pinky Promise conducido por Karla Díaz a través de Youtube, donde el hijo de Eugenio Derbez y Victoria Ruffo reveló un espeluznante detalle de su vida.

Según mencionó el moderador de “Miembros al aire”, durante la pandemia compró un ataúd para tenerlo como parte de los muebles de su casa. Sin embargo, no solo cumple función de decoración, ya que en la entrevista aseguró que lo ha usado en varias oportunidades.

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José Eduardo compartió con los internautas que desde joven siempre sintió atracción por lo gótico.

“Como a los 15 años tuve mi época de pintarme las uñas de negro, pupilentes blancos, botas como de cadenas (…) también tenía como un altar como con cosas negras de la Santa Muerte”, expresó el conductor.

Sin embargo, solo tenía dichos objetos por coleccionar cosas góticas o diferentes, no por ser creyente.


Fue durante la cuarentena por Covid-19 cuando José Eduardo compró un ataúd como parte de su afición por las cosas oscuras, pero tuvo varias consideraciones antes de encargar la pieza. Una de ellas fue pedirla a medida para asegurarse que no fuese usado y tuviese restos de otras personas.

“‘¿Qué tal que me sale con una uña ahí adentro o pedazos de piel?’ es que mucha gente solo vela a su muertito y lo devuelve, porque lo rentó. Aquí hay gente muy enferma, no yo”, aseguró.

Así que apenas llegó el cajón a su casa lo olió para percatarse que fuese realmente nuevo, y fue el olor a madera la señal que estaba esperando para estar tranquilo. “Olía a pintura a maderita”, expresó el conductor y quien además compartió que tiene dos espeluznantes peluches de Chucky y su novia.

Aunque lo compró con todo el convencimiento del mundo, los primeros días no se sentía del todo cómodo y a pesar que una amiga le aconsejó sacarlo de su casa o venderlo prefirió mantenerlo hasta acostumbrarse.


“La primer noche sí me dio mucho miedo, sí dije: ‘no manches’, no sabía si sacarlo (...) entonces en la noche me paraba para ir a verlo al otro cuarto y decía: ‘está todo bien’. Me costó un poco de trabajo acomodarme porque sí me sentía como si mi casa fuera Gayosso, pero ya con el tiempo le empecé a agarrar cariño”, contó.

Por si fuera poco, mientras comentaba que en una borrachera se quedó dormido dentro del ataúd cerrado, reveló sus ganas de “echar pasión ahí dentro” pero por el escaso espacio no es algo viable.

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“Yo te aseguro que en las funerarias los que cuidan a huev* han metido a la novia y han echado pasión ahí”, comentó.

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