La fiebre del intercambio de estampas del álbum oficial del Mundial de Brasil ha tomado el país anfitrión, cuando faltan 26 días para el partido inaugural, ha invadido las redes sociales e incluso contagió a la presidenta, Dilma Rousseff.
Rousseff confesó, durante una cena con periodistas deportivos, que “como todo el mundo” se entregó a la pasión de coleccionar las fotos de los jugadores de las 32 selecciones y ya ha conseguido completar el álbum, con sus 640 estampass.
A diferencia de la jefa de Estado, miles de brasileños todavía están dedicados a la labor de recopilar los cromos y de cambiar las repetidas en reuniones en puntos tradicionales de muchas calles del país, que se repiten de Mundial en Mundial.
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