La primera víctima del ébola trasladada a Estados Unidos desde Africa fue conducida sin peligro el sábado hacia una unidad especializada de aislamiento en uno de los mejores hospitales de la nación, donde los médicos expresaron su confianza en que el mortal virus no escapará del lugar.
El temor de que el brote que ha causado la muerte de más de 700 personas en Africa pudiera propagarse en Estados Unidos ha suscitado gran preocupación entre algunos estadounidenses.
Sin embargo, expertos en enfermedades infecciosas dijeron que la gente no afronta peligro alguno mientras el Hospital de la Universidad Emory brinda atención al médico misionero gravemente enfermo y a una trabajadora caritativa que se infectaron en Liberia.
El organismo federal Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) ha recibido “mensajes de correo electrónico desagradables” y al menos 100 llamadas de personas que dicen “¿cómo se atreven a traer el ébola al país?”, dijo a The Associated Press el director de los CDC, Tom Frieden.
“Tengo confianza en que nuestro comprensible temor hacia lo desconocido no frustre nuestra compasión cuando estadounidenses enfermos regresan para atención médica a Estados Unidos”, declaró Frieden.
El médico Kent Brantly, que llegó el sábado, y Nancy Writebol, que lo hará en los próximos días, serán atendidos en la unidad de aislamiento para enfermedades infecciosas en el hospital de Emory, que se creó hace 12 años para atender a médicos que enfermaran en los CDC.
La instalación es una de las cuatro que existen en el país equipadas con todo lo necesario para hacer exámenes y atender a personas expuestas a virus muy peligrosos.
En 2005, el lugar atendió a pacientes con síndrome respiratorio agudo severo (SARS, por sus siglas en inglés), que a diferencia del ébola puede propagarse como la gripe cuando una persona infectada tose o estornuda.
De hecho, la naturaleza del ébola —que se propaga por contacto con fluidos corporales y con la sangre— significa que cualquier hospital moderno que aplique medidas ordinarias y rigurosas para el control de infecciones tiene capacidad para atender los casos.
Sin embargo, Emory descarta toda probabilidad de peligro.
“Nada sale de esta unidad hasta que no sea infecciosa”, dijo el médico Bruce Ribner, que atenderá a los pacientes.
“El punto es que tenemos una cantidad extraordinaria de seguridad asociada con el cuidado de este paciente. Y no creemos que algún empleado de salud, algún paciente o algún visitante en nuestra instalación esté expuesto de ninguna manera al peligro de infectarse”, agregó.
Brantly fue trasladado de Africa a la base Reserva Aérea de Dobbins, en las afueras de Atlanta, en un pequeño avión equipado para contener enfermedades infecciosas; una pequeña escolta policial acompañó la ambulancia con el paciente hasta el hospital.
Brantly y Writebol trabajaban para Samaritan’s Purse en el hospital en Liberia en el que el grupo estadounidense humanitario atiende a pacientes con ébola. La semana pasada, la organización informó que Brantly, de 33 años, fue diagnosticado con la enfermedad. Luego se dio a conocer que Writebol también la contrajo.
Brantly estudió medicina en la Universidad de Indiana e hizo una residencia de cuatro años en el Hospital John Peter Smith en Fort Worth, Texas. En octubre empezó una residencia de dos años con Samaritan’s Purse como médico general en un hospital de la misión en un suburbio de Monrovia, capital de Liberia. Dirigió la clínica de ébola cuando el brote llegó a esa nación.
El sábado, Brantly salió vestido de pies a cabeza con ropa protectora blanca y otra persona, también vestida con un traje idéntico para materiales peligrosos, le sostenía de las manos, ambos con guantes, mientras caminaban con cuidado hacia el interior.
No hay cura probada contra el virus, el cual causa la muerte, según cálculos, a entre 60 y 80% de las personas infectadas. Sin embargo, los médicos estadounidenses en Africa afirman que la tasa de mortalidad sería mucho menor en un sistema funcional de atención médica.
El virus causa al infectado fiebre hemorrágica, dolores de cabeza y debilidad y en un agravamiento vómito, diarrea y problemas de riñón e hígado. Algunos pacientes sangran interna y externamente.
El ébola es considerado una de enfermedades más letales del mundo. El actual brote en Liberia, Guinea y Sierra Leona ha enfermado a 1.300 personas y matado a más de 700 este año.
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