El gobierno municipal de Cuernavaca, Morelos, informó que por el momento los escombros del derrumbe ocurrido el miércoles en la colonia Los Pilares, no serán removidos, ya que hay riesgo que con las vibraciones provocadas por la maquinaria se registre otro colapso y se ponga en riesgo a trabajadores y familias que viven en la zona.
“Se han padecido sismos, lluvias intensas y el área de por sí tiene una composición poco estable, es arena y tierra, la fuerza del viento y los árboles que han crecido han abonado a esto. De acuerdo con los expertos, por el momento no es factible recoger los escombros debido a que sirven de contención al talud, por lo que el movimiento y las vibraciones que pudieran provocar las maquinas que se necesitan para ello, desprenderían más material arenoso y tierra”, dijo José Luis Urióstegui, alcalde de Cuernavaca.
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Durante una reunión con el Cabildo, su gabinete y representantes del Colegio de Ingenieros acordaron las labores a realizar para garantizar la seguridad de los vecinos, ya que el colapso del miércoles cobró la vida de tres mujeres, mientras que cuatro más, entre ellas un bebé, fueron rescatados de entre los escombros.
Además de evaluar las condiciones del terreno, se hará un estudio técnico para conocer qué grado de inestabilidad tiene y contar con un escenario más claro de lo que podría ocurrir, por lo que se solicitará apoyo de las áreas técnicas del gobierno estatal.
El presidente municipal dijo que el estudio estaría concluido en tres o cuatro semanas, después será de eso cuando se determine cuánto debe rebajarse el talud, además de otros trabajos para mitigar el riesgo que hay para 10 viviendas que están cerca, pero el riesgo abarca a más de 100 inmuebles.
Aunque se pidió a los colonos desalojar la zona por el riesgo que hay, esto dependerá de la voluntad de ellos si salen o no de sus casas, las que siguen bajo resguardo de elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), además de que se habilitó un albergue en la Ayudantía del poblado de Chipitlán, además de que el gobierno municipal corrió con los gastos funerarios de las tres mujeres.
“A fin de prevenir movimientos en una franja de 20 metros hacia el talud y el desprendimiento de más arena y tierra, en el panteón de La Paz se podarán árboles en zonas que pudieran propiciar la caída de este material. Se mantiene el diálogo con los familiares de quienes están sepultados en estas áreas para explicarles la necesidad de mover a sus difuntos a otros espacios, esto con el propósito de que al acudir a visitarlos no se pongan en riesgo, siendo 10 las tumbas en peligro inminente y un promedio de 70 que están ubicadas en una franja que pudiera ser afectada”, concluyó Urióstegui.
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