Hace más de una década, la subcultura emo se hizo notar dentro de una sociedad que la juzgó o quizá no comprendió, pero lo cierto es que llamó la atención de propios y extraños, influyendo en la juventud con su peculiar estilo de vida.
Este 19 de diciembre se conmemora el Día Internacional del Emo. A lo largo de los años, esta subcultura ha persistido, adaptándose a diferentes generaciones y enfrentando la discriminación.
Se presume que los propios integrantes de la tribu adoptaron esta fecha desde el año 2000 y desde entonces cada 19 de diciembre, buscan erradicar prejuicios y estereotipos dirigidos hacia los emos.
¿Cómo identificar a un emo?
De acuerdo con un artículo de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los emos son una evolución del Post-hardcore de los años 80, del cual derivan sus características distintivas que engloban en una filosofía central que radica en expresar las emociones a través del dolor.
Los jóvenes que llevan este estilo de vida, destacan por su vestimenta y maquillaje: peinados ‘despeinados’, prendas en tonos oscuros o con patrones de cuadros, así como el uso de calaveras y cadenas, como parte esencial de su expresión personal.
Eso en cuanto a la estética; sin embargo, en el plano social se les asocia con comportamientos “depresivos” llegando a la autolesión, argumentando que “nadie los comprende” o que simplemente necesitan ser escuchados, lo que ha hecho que muchos jóvenes se sientan atraídos por esta subcultura como una forma de expresar sus propias inquietudes.
Un hecho que muchos recuerdan
En 2008, cuando la cultura emo vivía su apogeo en México, los emos enfrentaron la hostilidad de la sociedad. Esto se manifestó en una pelea contra punks, otra subcultura de mayor “aceptación” o al menos más longeva, en la Glorieta de Insurgentes del entonces Distrito Federal.
La Glorieta de Insurgentes, hasta la fecha es un punto de encuentro y expresión cultural en la capital mexicana, y en aquella ocasión fue el escenario de enfrentamientos entre jóvenes que identificaban con alguna de las subculturas mencionadas. Estos dos grupos, que ya tenían diferencias culturales y estilísticas, se vieron envueltos en una confrontación que incluyó agresiones físicas y verbales.
Las razones exactas detrás de la pelea no son completamente claras, pero se especula que las tensiones surgieron debido a percepciones negativas, estereotipos y malentendidos entre las dos tribus urbanas, además de una cobertura mediática considerable.