Las tarifas por no tener balance mínimo en el banco podrían bajar a apenas 52 pesos mexicanos (tres dólares) según una propuesta del gobierno estadounidense, su más reciente esfuerzo por eliminar tarifas que considera una carga innecesaria sobre los ciudadanos, particularmente los que subsisten de sueldo en sueldo.
Las nuevas reglas podrían despojar miles de millones de dólares en ganancias a los mayores bancos del país, que ya se estaban preparando para dar batalla aun antes del anuncio. El monto exacto que perderán dependerá de cuál versión de la normativa es aprobada.
Los bancos le cobran a un cliente esas tarifas si su cuenta cae por debajo de cero. Empezó como una cortesía ofrecida a algunos clientes cuando el procesamiento de cheques de papel tardaba días, pero proliferó al generalizarse el uso de tarjetas de débito.
Según la nueva propuesta, los bancos solo le cobrarían al cliente el monto que les faltaba para llegar a cero. Para ello tendrían que demostrarle el monto a la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor (CFPB).
Otra posibilidad es que cobren una tarifa unificada entre todas las instituciones financieras. Los reguladores han propuesto varias tarifas (de tres hasta 14 dólares) y pedirán comentario del sector y del público para determinar el monto apropiado.
La CFPB dice que llegó a esas cifras al examinar cuánto le costó a los bancos recuperar las pérdidas sufridas a raíz de cuentas que se excedieron y que nunca compensaron.
Según una investigación realizada por Bankrate en agosto del año pasado, la tarifa promedio por falta de fondos era de 26.61 dólares (461 pesos), aunque algunos bancos llegan a cobrar 39 dólares (675 pesos).
Los bancos más grandes del país reciben aproximadamente ocho mil millones de dólares cada año por el cobro de sobregiros cada año, según datos de la CFPB y los registros públicos de los bancos.
Biden ha convertido la eliminación tarifas bancarias en una de las prioridades dentro de su agenda económica de cara a las elecciones de noviembre. Las tarifas por falta de fondos han estado al centro de esa campaña, y la Casa Blanca pidió a los reguladores el año pasado hacer lo que puedan para limitar esa práctica.