Un potente sismo de magnitud 6.2 sacudió este miércoles 23 de abril a la ciudad de Estambul, Turquía, generando alarma entre sus más de 16 millones de habitantes. El epicentro se ubicó en el mar de Mármara, a 24 kilómetros de la costa de Silivri y a una profundidad de 7 kilómetros, según confirmó el ministro del Interior, Ali Yerlikaya.
El movimiento ocurrió a las 12:49 horas (locales) y tuvo una duración de 13 segundos. La sacudida se sintió en toda la región noroeste del país, provocando evacuaciones y escenas de pánico.
Más de 50 réplicas y tensión en toda la ciudad de Estambul
En las dos horas posteriores al sismo principal, se registraron al menos 51 réplicas, de las cuales la más fuerte fue de magnitud 5.9, informó Yerlikaya a través de la red social X. Hasta las 15:12 horas, se mantenía activo el monitoreo por parte de las autoridades locales y de la Agencia de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD).
“El terremoto, que se produjo a 24 km de la costa de Silivri, se sintió en las provincias circundantes, especialmente en Estambul. A las 15:12, se registraron 51 réplicas, la mayor de las cuales fue de magnitud 5,9”, dijo el ministro Interior.
Aunque no se reportan víctimas mortales hasta el momento, las autoridades continúan evaluando posibles daños estructurales. El sismo y sus réplicas se sintieron en todos los barrios de la ciudad, afectando también zonas de las provincias aledañas.
Videos tras el sismo de Estambul
Uno de los videos más impactantes que circulan en redes sociales muestra a una conductora de noticias visiblemente afectada, temblorosa y en estado de pánico, mientras permanece frente a las cámaras durante el sismo que sacudió Turquía. Su reacción, en tiempo real, ha sido compartida ampliamente como testimonio del terror vivido durante el movimiento telúrico.
Otra grabación captada en una televisora muestra a varios empleados registrando cómo el temblor sacude violentamente las instalaciones. Aunque no hubo un colapso total, se observa la caída de objetos y equipo desde estanterías y escritorios, en medio del desconcierto general.
En las calles, las escenas no fueron menos dramáticas: decenas de personas corren despavoridas intentando comunicarse por teléfono, presumiblemente con familiares, mientras los edificios a su alrededor se estremecen por la fuerza del sismo.
