Gabriela Ábalos, líder del área médica de vacunas para Latinoamérica en Pfizer, encabezó la conferencia “La vacunación como herramienta de desarrollo infantil”, donde destacó que inmunizar a los niños no solo salva vidas, sino que también potencia su desarrollo cognitivo, social y económico desde los primeros días de vida.
Ábalos señaló que las vacunas representan, después del agua potable, la estrategia de salud pública más efectiva para reducir la morbimortalidad. Pero su impacto va más allá: inciden directamente en los primeros 1000 días de vida, un periodo crítico que determina el crecimiento físico, neurológico y emocional de los niños.
Durante su participación, la especialista detalló que el 80% del riesgo de enfermedad en la vida no está determinado por la genética, sino por factores externos como nutrición, infecciones y acceso a servicios de salud. La vacunación, dijo, puede romper ciclos de pobreza, prevenir discapacidades y mejorar el rendimiento escolar.
En América Latina, cada año mueren más de 200 mil niños antes del primer año de vida, especialmente en zonas con menos acceso a servicios médicos. Las infecciones siguen siendo la principal causa de mortalidad infantil, muchas de ellas prevenibles con vacunas.
Ábalos recordó que la inmunización impacta en al menos cinco de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, incluyendo fin de la pobreza, cero hambre, salud y bienestar, reducción de desigualdades y acceso a una educación de calidad.
“Las vacunas ayudan a que los niños se desarrollen sanamente, asistan más a la escuela, rindan mejor académicamente y accedan a oportunidades futuras que transforman sus vidas y sus comunidades”, dijo.
A nivel familiar, inmunizar reduce gastos catastróficos por hospitalizaciones y tratamientos, liberando recursos para alimentación, educación y estimulación temprana. A nivel país, la OMS estima que por cada dólar invertido en vacunación, el retorno puede superar los 50 dólares en productividad, prevención de discapacidades y fortalecimiento del sistema de salud.
Finalmente, advirtió sobre la urgente necesidad de recuperar las coberturas de vacunación en América Latina tras la pandemia. “Durante años fuimos ejemplo mundial, pero hoy muchos países están por debajo de los niveles óptimos y esto nos expone a brotes de enfermedades prevenibles como el sarampión”, apuntó.
Concluyó llamando a los gobiernos, medios y sociedad civil a priorizar la vacunación infantil no solo como acción sanitaria, sino como inversión para el futuro del desarrollo humano.
“Las coberturas aumentan cuando hay terror en la población”, reconoció Ábalos. La frase, tan cruda como real, resume uno de los grandes desafíos de la salud pública: generar conciencia sin depender del miedo. En cambio, dijo, es urgente fortalecer la confianza, mejorar la percepción del riesgo y garantizar que la información llegue a quienes más lo necesitan, sobre todo en contextos vulnerables.
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La confianza y la percepción del riesgo: claves para mejorar la vacunación en América Latina
Durante la misma conferencia, Yéssika Moreno, líder de Asuntos Médicos para América Latina en Pfizer, enfatizó que el desafío no solo está en desarrollar vacunas seguras y eficaces, sino en garantizar que lleguen a quienes más las necesitan: los sectores más vulnerables.
“Muchas veces, quienes menos se vacunan son precisamente quienes más lo necesitan: niños con comorbilidades, personas en zonas marginadas o sin acceso estable al sistema de salud”, advirtió.
Moreno subrayó que la confianza social en las vacunas es fundamental, y va más allá de confiar en su seguridad. También implica creer en quienes toman decisiones sobre su inclusión en calendarios nacionales, en el médico que las prescribe y en el personal de salud que las administra. “La inmunización no es una decisión individual, es una estrategia de protección colectiva”, recalcó.
Además, llamó a combatir la desinformación y a escuchar con empatía a quienes se resisten a vacunarse. “Las creencias que afectan la vacunación no siempre vienen de dogmas religiosos o ideológicos. Muchas veces nacen del desconocimiento o de mitos sobre la fabricación de vacunas. Por eso es clave informar con cercanía y respeto”, explicó.
Entre los obstáculos que detectan frecuentemente, Moreno enumeró tres creencias comunes:
- “Eso no me pasa a mí”: la falsa seguridad de que estar sano o ser joven elimina el riesgo.
- “Esa enfermedad ya no existe”: especialmente en el caso de COVID-19, cuando aún hay hospitalizaciones y muertes.
- “No sé qué vacuna me toca”: el desconocimiento sobre el esquema de vacunación según edad o condición médica.
También apuntó que muchas personas desconocen que padecer hipertensión, obesidad, diabetes o asma las convierte en población de riesgo, lo cual debería hacerlas candidatas prioritarias para vacunarse.
Gabriela Ábalos, quien moderó la sesión, reforzó estos puntos al decir que la percepción del riesgo está directamente relacionada con el comportamiento de la cobertura vacunal. “Las coberturas aumentan cuando hay miedo en la población. Pero no deberíamos necesitar una crisis para actuar”, concluyó.
Los expertos alertan de que el sarampión, la rubeola y la polio podrían volver a EEUU: “Estamos al borde del desastre”
Si las tasas de inmunización infantil siguen descendiendo en Estados Unidos, enfermedades previamente erradicadas como el sarampión, la rubéola o incluso la poliomielitis podrían volver a circular de forma endémica en el país. Así lo advierte un nuevo estudio publicado este jueves en la revista JAMA (Journal of the American Medical Association), liderado por investigadores de Stanford Medicine y otras universidades.
Las tasas de vacunación han caído significativamente desde el inicio de la pandemia de covid-19, y el impacto ya comienza a sentirse. Un reciente brote de sarampión en el oeste de Texas infectó a más de 620 personas, dejó 64 hospitalizados y provocó la muerte de dos niños.
El umbral de la endemicidad
El estudio utilizó modelos epidemiológicos a gran escala para simular la propagación de enfermedades bajo distintos escenarios de cobertura vacunal. Los resultados son claros: incluso con las tasas actuales, el sarampión podría volverse endémico en Estados Unidos en apenas 20 años. Si la cobertura sigue bajando, ese plazo se acorta. Por el contrario, pequeños aumentos en las tasas de vacunación podrían evitarlo por completo.
“El descenso en las tasas de vacunación infantil aumentará la frecuencia y el tamaño de los brotes de enfermedades prevenibles, y eventualmente llevará a su retorno como enfermedades endémicas”, indica el documento.
El umbral crítico y el momento del resurgimiento dependen de cada enfermedad, pero los expertos coinciden en que el sarampión —por su alta contagiosidad— sería la primera en volver.
Riesgos reales, cifras contundentes
Según el análisis, si las tasas actuales se mantienen, el sarampión podría causar más de 850 mil casos en 25 años, resultando en al menos 170 mil 200 hospitalizaciones y 2 mil 550 muertes.
“Estamos al borde del desastre”, advirtió Mathew Kiang, profesor adjunto de epidemiología y uno de los autores del estudio. “Usamos un enfoque conservador tomando como base los promedios de vacunación de 2004 a 2023, y aun así el modelo muestra un escenario alarmante”.
“El sarampión es un cerillo encendido”
El profesor Nathan Lo, experto en enfermedades infecciosas, señaló que el sarampión es una de las enfermedades más contagiosas conocidas: una persona puede contagiar hasta a 20 más en una población sin inmunidad. “Nuestro modelo utilizó un estimado conservador de 12 contagios por caso, pero aun así las consecuencias son graves”, explicó.
El regreso del sarampión también se ve facilitado por los movimientos antivacunas y la desinformación sobre la vacuna triple viral (sarampión, paperas y rubéola). “Pese a que está científicamente comprobado que no existe vínculo alguno con el autismo, aún persisten dudas alimentadas por estudios fraudulentos del pasado”, dijo Lo.
Kiang agregó una metáfora que resume el riesgo: “Los viajeros que traen enfermedades son como cerillos, y la infravacunación en EE. UU. es el fósforo. Tarde o temprano, algo va a prender fuego”.
Un llamado urgente a proteger la infancia
Los investigadores esperan que los hallazgos sirvan como insumo para los responsables de políticas públicas. Recomiendan mantener y reforzar la vacunación infantil rutinaria con altos niveles de cobertura como única vía efectiva para prevenir el resurgimiento de enfermedades que, durante décadas, se consideraron controladas.