El campo de concentración nazi de Sachsenhausen fue liberado el 22 de abril de 1945. Se espera que los últimos supervivientes asistan a los actos conmemorativos. Sin ellos, la memoria cambiará.Cuando los liberadores llegaron al campo de concentración de Sachsenhausen, se encontraron con unos 3.000 prisioneros, cuidadores y médicos. Sin embargo, para cerca de 300 prisioneros, la liberación por parte de soldados polacos y soviéticos el 22 de abril de 1945 terminó trágicamente: murieron poco después como consecuencia del trato recibido por parte de los nazis.
La evacuación del campo de concentración situado al norte de Berlín había comenzado el día anterior. Más de 30.000 prisioneros fueron enviados a las llamadas marchas de la muerte por los nazis en fuga, y varios miles no sobrevivieron a la prueba. En total, al menos 200.000 personas de unos 40 países fueron encarceladas en Sachsenhausen y numerosos subcampos entre 1936 y 1945.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, decenas de miles habían muerto de hambre, enfermedades, abusos, experimentos médicos y trabajos forzados.
Para los supervivientes podría ser su último regreso
Sachsenhausen ocupaba una posición especial como campo modelo y de entrenamiento en las inmediaciones de la capital del Reich. La administración central de todo el sistema de campos de concentración se encontraba allí desde 1938. Uno de los nazis más notorios de Sachsenhausen fue Rudolf Höß, que más tarde fue comandante del campo de exterminio de Auschwitz.
Con motivo de la conmemoración del 80 aniversario de la liberación, seis supervivientes volverán a Sachsenhausen: tres mujeres y tres hombres. Cinco de ellos son de Polonia.
El ucraniano Mykola Urban nació en 1924 en Jarkiv y asistirá por primera vez a un acto conmemorativo, viajando desde Suiza, donde fue evacuado tras el inicio de la guerra emprendida por Rusia contra su país natal. Para Urban y los demás testigos, el inminente regreso a Sachsenhausen podría ser su última visita. Este pensamiento ha rondado la mente del director de la Fundación Memorial de Brandeburgo, Axel Decroll. "A menudo estaban (los supervivientes) a nuestro lado, como amigos paternales y maternales. Para nosotros es un punto de inflexión que estas personas ya casi no estén".
Crítica al debate sobre migración y refugiados
Katrin Grüber, nieta de un prisionero de este centro, es la presidenta de la Asociación que promueve la memoria de lo ocurrido en Sachsenhausen. Ella destaca que cuando en los actos oficiales se cantan canciones escritas por los prisioneros, todos se conmueven. "Los nazis convirtieron a los prisioneros en números, pero en todo momento fueron seres humanos. Y las canciones nos ayudan a visualizar a las personas", afirma Katrin. Su abuelo Heinrich se oponía al régimen nacionalsocialista, fue enviado a Sachsenhausen en 1940 y más tarde al campo de concentración de Dachau.
En opinión de Grüber, no se puede sobrestimar el valor de lugares auténticos como Sachsenhausen: "Transmiten conocimientos, categorizan destinos individuales. Y permiten que los visitantes se sientan tocados por el lugar", afirma. También piensa en el giro hacia la derecha en Alemania. "Para mí, una de las lecciones de la historia es que no hay que marginar a las personas ni convertirlas en chivos expiatorios. Por eso me duele el debate actual sobre los refugiados".
A Axel Drecoll también le preocupa lo que ocurre en el plano político. El director de la Fundación Conmemorativa de Brandeburgo afirma que esta es otra de las razones por las que nos enfrentamos a grandes desafíos. Como gesto, prohibirá a la AfD depositar coronas de flores en los actos conmemorativos de la liberación de Sachsenhausen.
Mientras tanto, Drecoll mira más allá de la conmemoración de la liberación de los campos de concentración en abril de 1945. Ese mismo año, Sachsenhausen fue utilizado como campo especial por la Unión Soviética. Al criminal régimen nazi siguió el reino del terror comunista. Alrededor de 60.000 personas fueron encarceladas hasta la disolución del campo sucesor en 1950. La mayoría eran nazis, pero también opositores a los nuevos gobernantes y personas detenidas por motivos arbitrarios. Alrededor de 12.000 de ellas murieron de hambre y enfermedades. Este capítulo de la historia de Sachsenhausen también se conmemorará a principios de septiembre.
(mn/er)