Nunca antes Acapulco ha sufrido una catástrofe humanitaria y social tan grande como la que desencadenó el huracán Otis la semana pasada en Guerrero.
Tal ha sido su magnitud que ha traspasado fronteras y por ello, el chef español José Andrés pronto decidió salir con su oenegé World Central Kitchen en ayuda de los acapulqueños.
Así, desde hace una semana, se han unido a esta iniciativa el chef Jamie o los cocineros de Tecuán donando dos mil menús diarios y ahora ya van por 30 mil cada día.
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Suman esfuerzos
Pero esta iniciativa no podría estar completa en Acapulco sin la presencia de Lalo Palazuelos y la de su madre, Susana. Cada uno desde su trinchera, la de Lalo en el puerto y Susana en la Cruz Roja, confían en que Guerrero volverá a brillar con la ayuda de todos los mexicanos.
Sobre la situación en Acapulco, el chef José Andrés afirmó que es una de las destrucciones más grandes que ha visto. “¡Ni una sola casa se ha salvado!”, sostuvo.
“Es una de las destrucciones más grandes... causada por un huracán en una ciudad de un millón de almas”, continuó el promotor de World Central Kitchen, una iniciativa fundada en 2010 por el chef asturiano para responder a la escasez de alimentos en Haití provocada por un terremoto que devastó la isla ese año y que continuo ante las afectaciones por el terremoto en Marruecos y los conflictos en Ucrania y Gaza.
“Hemos establecido múltiples sitios de distribución de comidas para apoyar a las familias en Acapulco que carecen de acceso a alimentos o de la capacidad de cocinar por sí mismos. Hemos enviado alimentos en camión a otros 16 pueblos y aldeas lejos de Acapulco, en zonas rurales remotas, entregando miles de comidas calientes y fruta fresca”, dijo.
Por su parte, Lalo Palazuelos, chef de los emblemáticos Zibú y Mario Canario de Acapulco, subrayó la importancia de unirnos en este momento para que el puerto se vuelva a recuperar.
“Acapulco quedó devastado, pero estamos trabajando con WCK, necesitamos toda la ayuda. Tenemos una cocina improvisada, que es el punto de partida para toda la distribución. Hay mucha gente que dice que no puedes llegar a Acapulco, pero yo entré sin problema ni contratiempo, llegué con despensa, hay gente suplicando por agua y comida. Es un evento importante para unirnos todos, no dejen ayudar, necesitamos contenedores ecológicos y la mano de nuestros amigos restauranteros a través de @wck”, señaló.
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Cruz Roja
Desde la Ciudad de México, la señora Susana Palazuelos coordina junto con la Cruz Roja, el envío de víveres hacia Guerrero. La experta en banquetes no dudo en compartir su experiencia y lo que vivió tras la llegada de Otis.
“Si yo me hubiera imaginado que iban a volar las casas… todo, me muero del susto. Nunca en la vida imaginamos algo así. Me quedé en mi recámara donde no cimbraba tanto, pero ver caer arboles gigantescos fue algo impresionante. Le doy gracias a Dios de que nuestra ventana aguantó porque nunca hubiéramos podido sobrevivir. Vimos cómo se acabó Acapulco y ahora la gente no tiene agua, no hay comunicación, no hay dónde comprar, no hay trabajo porque los hoteles están destruidos. Sin embargo, todo el mundo le está echando ganas, arreglando instalaciones y por eso estamos ayudando. Pido a todas las personas que sigan donando a la Cruz Roja de la sede nacional en Polanco porque Acapulco tiene que volver a levantarse y ser mejor que antes”, concluyó.